Parece que fue en Egipto donde apareció el primer pan fermentado, cuando se observó que la masa elaborada el día anterior producía burbujas de aire y aumentaba su volumen, que, añadida a la masa de harina nueva, daba un pan más ligero y de mejor gusto. Existen bajorrelieves egipcios sobre la fabricación de pan y cerveza que sugieren que fue en la civilización egipcia donde se utilizaron por primera vez los métodos bioquímicos de la elaboración de estos alimentos fermentados. Durante los siglos XIX y XX se da paso a la construcción de fábricas que incrementan la producción de alimentos básicos. Por un lado, los cambios en el estilo de vida y la difusión de los congeladores y los hornos de microondas han conllevado un aumento de la demanda de los alimentos (entre ellos el pan) de más cómoda preparación y adecuados para su almacenamiento en congeladores. Por otro lado existe también una cierta demanda de alimentos lo más parecido posible al alimento tradicional.